Tarapoto, Yurimaguas y viaje en barco hacia Iquitos.

En estos momentos me encuentro en Iquitos a un día de encontrarme con el chamán con la finalidad de ver la manera en como se va a dar el proceso de cura, obviamente incluyendo el tema no menor de las lucas. Ese es el único tema que me preocupa, ya que a la hora de cobrar los chamanes por acá, no existe regateo alguno que no baje de los 100 Soles por toma de Ayahuasca, pero bueno ese será un tema que tendré que ver mañana, por ahora lo que me convoca a este ciber, algo lentito por lo demás, es el hecho de relatar los últimos momentos antes de iniciar una nueva etapa de mi viaje, para además irme despidiendo de este blog, que ha ido respaldando un viaje que siempre anhele, que temí hacerlo y que en el transcurso de este, me ha invitado a conocerme, a tolerarme y a ser yo mismo, cosa extraviada en los últimos 2 años diría yo.

TARAPOTO:
Pasamos 2 días y 2 noches en aquel lugar que mezcla lo cordillerano con lo Selvático.
Un muy bonito lugar, destacando la amabilidad de las personas al tratar con el foráneo.
Conocimos el centro terapéutico de toximanías "Takiwasi", los cuales trabajan con la medicina amazónica de los curanderos apoyado por: Psicólogos, médicos, educadores, etc. Un lugar muy especial, muy conectado con el acerbo de la cultura amazónica, que mas que mal es más antaña que mucha de las ciencias actuales. En aquel lugar nos recibió Camilo, psicólogo chileno, siendo muy afable y respondiendo a todas nuestras inquietudes.
Nos fuimos hacia Yurimaguas el día sábado, en una camioneta que nos rebajó a 10 soles c/u.
Se me olvidaba. Nos dimos un día de piscina por solo 3 solcitos nada más, una verdadera baratija.

YURIMAGUAS:
Fue un paso muy fugaz por este pueblo portuario, ya que llegamos el sábado en la tarde (17.30) y nos fuimos directo a tomar el Ferry. Nos costó una enormidad alquilar un camarote, tanto por lucas (S/. 300) como por el tiempo y el mal rato gastado, ya que nos tocó hablar con el dueño del barco para que nos diera un cupo, ya que estos eran ocupados por tripulantes y empleados de dicho Navío (Eduardo I). Bueno la cosa es que al final pasamos esa noche ahí, ya que el barco no zarpó. Esa noche nos recagamos de calor y gracias a unos inciensos-insecticidas nos salvamos de picaduras múltiples.

YURIMAGUAS - IQUITOS:
El Edo. I salió a eso del medio día del domingo. A diferencia del Henry, barco que había tomado la vez anterior que había viajado hacia Iquitos, este era mucho más cómodo ( la pieza tenía hasta ventilador, con camas de plaza y media, etc.), mejores baños, agua filtrada (no sacada directa del río), bien aseada.
En el barco me di el tiempo de sacar muchas fotos, escribir en mi bitácora y disfrutar un viaje que quizás en cuanto tiempo lo vuelva a repetir. Me acostaba retarde, comentando y reflexionando cosas y siempre fui de los primeros en levantarme (5 am), para ver como la selva se despertaba, ya que a eso de las 5.30 se sentía como los distintos pájaros volaban en bandadas en distintas direcciones. Además se escuchaban ruidos múltiples y simultáneos, un momento KODAK totalmente.
Este viaje a diferencia del anterior, fue más de compartir con adultos y con trabajadores del Edo. I, en especial destaco a 2 personas: Jorge (Yurugua) y Richert (el encargado de hacer el aseo y hacernos reír a todos.
Indescriptible fue el momento en el que se unen el Marañon (por el cuál viajábamos) con el Ucayali, para formar la boca inicial del AMAZONAS. Esto fue muy temprano (8 am) y como cuento, muy emotivo, me recordó a mi antiguo viaje cuando inmortalizamos ese momento con la Caro, el compadre Carlos y el mítico Rubí.
Lo otro destacable es el momento en el que llegamos a Iquitos, después de un viaje con muchas pausas y controles marítimos (los milicos nos pararon 3 veces), fue llegar a Iquitos, ciudad inmensa a la cuál le tengo un cariño no menor. Su gente, sus niños tan curiosos, el acento de la gente, sus creencias, sus moto taxis, su clima tan "caliente", el acerbo selvático que se siente presente en todos los rincones de dicho lugar.

Próximo reporte, IQUITOS y últimos momentos antes de internarme por 7 semanas en mi proceso de sanación.